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SERVICIO POSTVENTA

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Un día, sin apenas tiempo para la recarga y cansado del prepago, me pasé a contrato. Eso sí, sin permanencia, que soy un alma libre . No es que necesitara yo mucho. En realidad con unos pocos datos y fibra a mí me es suficiente. Pero ya sabéis como son las compañías, ¡todas te quieren fidelizar!, la mía me ofreció varios servicios gratuitos. Como la novedad me causa curiosidad y los servicios no tenían ningún cargo, me instalé varias aplicaciones e hice algunos cambios.  Pero al cabo de un tiempo tuve que ir desinstalándolas prácticamente todas, ¡me comían muchos recursos! Tenía que estar actualizando cada poco el sistema y no soy yo muy ducho en esto de cambiar, a mí los cambios no me gustan nada, ¡que llevo diez años con la misma compañía! ¡Oye! Que enseguida me dieron el toque: “ que por qué me quitaba esos servicios ” ¡Pues porque no los necesito, mire usted! Y ahí empezó mi calvario ¡Apunto estuve de irme en varias ocasiones! En cada llamada, muy amablemente, la señori

Cartas de amor

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"Uno todavía puede tener los mismos sentimientos hacia alguien y no permitirles que gobiernen o trastornen su vida. Amar a una mujer que no te pertenece, que antepone otras cosas y a otras personas, sin que ni siquiera haya una posibilidad de que tú ocupes el primer lugar, es algo que resulta simplemente inaceptable. No me arrepiento de ninguno de los instantes que pasamos juntos. Pero quiero un tipo diferente de vida... La decepción que sentí hace tres años, cuando empecé a darme cuenta de que tu vida pertenecía a París y a Sartre... la ha embotado el tiempo. Lo que he intentado hacer desde entonces es apartar mi vida de ti. Mi vida significa mucho para mí, no quiero que pertenezca a alguien tan alejada, alguien a quien solo veo unas pocas semanas cada año." de Nelson Algren a Simone de Beauvoir 1 de noviembre de 1952 ... Y qué difícil es tomar ciertas decisiones... Dicen que Simone sí estaba enamorada de Nelson, ella misma definió esa relación como "una pasión de escl

"La razón es como una olla de dos asas; se la puede coger por la derecha o por la izquierda. Michel E. De Montaigne

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Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor. Cuando vieron la profundidad que tenía el hoyo, le dijeron a las dos ranas que para no sufrir tanto, se debían dar por muertas ya que no saldrían. Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles. Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Ella se desplomó y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Una vez más, la multitud de ranas le gritaba y le hacía señas para que dejara de sufrir y que simplemente se dispusiera a morir, ya que era inútil seguir luchando. Pero la rana saltaba cada vez con más fuerzas y finalmente logró salir del hoyo. Cuando salió las otras ranas le dijeron: «que bueno que lo lograste a pesar de lo que te gritam

"Quien mira hacia adentro, despierta". Carl Jung

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C uentan que hubo un tiempo en el que los hombres eran capaces de entender el lenguaje de los animales y de los objetos. Fue entonces cuando un hombre escucho una extraña asamblea en una carpintería. Las herramientas habían decidido reunirse para arreglar sus diferencias.   Enseguida el martillo ocupó la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar.  ¿La causa?  Se pasaba el tiempo golpeando y, además, hacía demasiado ruido.  El martillo aceptó el reproche, pero pidió que también le llamaran la atención a la garlopa que hacía todo su trabajo en la superficie, nunca profundizaba en nada. La garlopa aceptó a su vez, pero pidió que expulsaran a los tornillos, dijo que había que darles muchas vueltas para que al final sirvieran para algo. Ante el ataque, los tornillos aceptaron si también se expulsaba al papel de lija, alegando que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás.  Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera también exp

“Hay tres cosas extremadamente duras: el acero, los diamantes y el conocerse a uno mismo”. – Benjamin Franklin

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Había una vez en un lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un jardín esplendoroso con árboles de todo tipo: manzanos, perales, naranjos, grandes rosales... Todo era alegría en el jardín y todos estaban muy satisfechos y felices.   ¿Todos? ¡Todos no! Había un árbol que se sentía profundamente triste. Se sentía muy triste porque él no daba ningún fruto…   -No sé quién soy... -se lamentaba-.   -Te falta concentración... -le decía el manzano- Si realmente lo intentas podrás dar unas manzanas buenísimas. ¿Ves qué fácil es? Mira mis ramas, ¡están llenas de manzanas!   -No le escuches. -exigía el rosal- Es más fácil dar rosas. ¿Ves cuántas tengo yo? ¡¡Mira qué bonitas son!!   Desesperado, el árbol intentaba todo lo que le sugerían. Pero como no conseguía ser como los demás, cada día se sentía más frustrado. Un día llegó hasta el jardín la más sabia de todas las aves: el búho. Éste al ver lo triste que estaba el árbol le preguntó què l

"Habla para que yo pueda conocerte..." Sócrates

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Alejandra caminaba con su padre cuando éste, de repente, se detuvo en una curva del camino. Después de un breve silencio le preguntó: – Además del cantar de los pájaros, ¿qué oyes Alejandra? La niña paró, aguzando sus oídos. Después de unos segundos respondió: – Papá, estoy oyendo el ruido de una carreta que se acerca. – Muy bien – respondió su padre -. Tienes razón, se está acercando una carreta vacía. Alejandra, asombrada, preguntó a su padre: – ¿Cómo sabes que es una carreta vacía si aún no la has visto? Entonces el padre respondió: – Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por el ruido que hace. Cuanto más vacía está la carreta, mayor ruido hace. Alejandra se convirtió en adulta y, siempre que veía una p ersona i nterrumpiendo una conversación y hablando demasiado de sí misma, de forma i noportuna o v iolenta , o presumiendo de lo que poseía o sabía, tenía la impresión de oír la voz de su padre diciendo: " C uanto m ás vacía   está   la ca

"Este engaño de días paralelos, este tocar de cuerpos distraídos (...)". José Saramago

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En la rama de un viejo árbol descansaba un águila de mirada triste y corazón roto. Su pena era tan grande y profunda que no quería ni volar. Varios días llevaba ahí la pobre infeliz, sin comer y sin hablar con nadie. Un milano que la vio, se posó junto a ella y quiso saber qué le sucedía.  ¿Qué te pasa, águila guapa, que no quieres saber nada del mundo? El águila miró al milano zalamero de reojo. – Me siento muy mal… Quiero formar una familia y no encuentro una pareja que me quiera de verdad. – ¿Por qué no me aceptas a mí? – preguntó de pronto el milano – Yo estaría encantado de ser tu fiel compañero. – ¿Tú?… ¿Y cómo me cuidarás? – Bueno… ¡Mira qué alas tan hermosas tengo! Por no hablar de mis patas, fuertes como ganchos de hierro. Con ellas puedo cazar todo lo que quiera. Si me aceptas como pareja, nunca te faltará de nada. Mi última hazaña ha sido cazar un avestruz. – ¿Un avestruz?… ¡Pero si es un animal enorme! – dijo asombrada el águila. – Sí, lo sé – asintió el m